¿Qué es el juego inmoderado o compulsivo?

Los juegos de azar son tan antiguos como la humanidad misma y constituyen un aspecto relevante de casi todas las sociedades y culturas. Es una actividad placentera muy común, en la cual participa una gran mayoría de la población, esporádica o regularmente.

No obstante, existe una pequeña parte de ella, del 1 al 4% de los apostadores, que puede sufrir consecuencias adversas por su manera de jugar. Esto ocurre cuando el sujeto vulnerable juega en exceso o descontroladamente, afectando su vida, con consecuencias en su salud física y mental, al alterar su desempeño individual, familiar y social.

Estamos en presencia de Juego Inmoderado o Compulsivo cuando progresivamente se produce:

  • Pérdida de control periódica o permanente al apostar.
  • Preocupación por el juego y el dinero destinado al mismo.
  • Pensamientos erróneos que hacen que el apostador se sienta seguro de ganar en ésta o aquella jugada, en éste o aquel lugar, etc.
  • Seguir jugando a pesar de los resultados negativos, confiando en poder cambiar la suerte voluntariamente.
 

Problemas vinculados al modo de jugar

Como decíamos anteriormente, aquellos jugadores que quedan atrapados por esta actividad y comienzan a tener problemas derivados de su descontrol al apostar, son considerados Jugadores Compulsivos o Inmoderados.

Si estas personas con problemas no son detectadas y tratadas precozmente mediante una tarea de prevención, usualmente no pueden parar de apostar, hasta que llegan a perder todos sus bienes, afectando a sus familiares y amigos. Es importante comprender los riesgos, cómo resolverlos y ofrecer ayuda a quien pierde el control al apostar. Las personas con problemas derivados de su manera de apostar, no comprenden que el juego es “sólo un juego” en el que pueden ganar o perder, y creen que siempre van a ganar porque tienen alguna habilidad o don especial o porque la suerte está con ellos. Primero a veces y luego siempre, se descontrolan al apostar. Cuando pierden todo el dinero en una sesión de juego, no se conforman y buscan obtener más cantidades para recuperar lo perdido.

Como resultado, quedan atrapadas en un círculo de cada vez mayores pérdidas y apuestas, que termina arruinando su vida personal, laboral y los vínculos con familiares y amigos. Estos problemas vinculados al descontrol al apostar se denominan Juego Problema y al agravarse, pueden convertirse en una enfermedad llamada Juego Patológico o Ludopatía.

 

Comportamiento de riesgo en un jugador

Algunos signos de tener problemas relacionados con el juego son:

  • Dedicar cada vez más tiempo al juego y menos a las actividades previas que eran habituales.
  • Estar excesivamente preocupado por el juego y perder el autocontrol.
  • Gastar cada vez más dinero, más allá de los problemas de cada uno.
  • Intentar recuperar o “cazar” las pérdidas.
  • Pedir dinero prestado o préstamos, endeudarse debido al juego.
  • Mentir para ocultar la actividad de juego inmoderado.
  • Descuidar el trabajo, los estudios, la pareja, la familia o los amigos.
  • Cometer algún delito para financiar el juego (fraude, robo o estafa).
  • Apostar para huir de las dificultades o presiones cotidianas.

La Asociación Norteamericana de Psiquiatría en el Manual llamado DSM-IV-TR (2000) menciona diez criterios diagnósticos para identificar la enfermedad llamada Ludopatía o Juego Patológico:

  1. Preocupación excesiva por el juego. Al revivir experiencias pasadas, planificar nuevas sesiones de juego o pensar en conseguir dinero para seguir jugando, el apostador descuida otras actividades como el trabajo, los estudios o las relaciones familiares.
  2. Necesidad de jugar cantidades crecientes de dinero para conseguir el estado de excitación deseado.
  3. Fracaso repetido de los esfuerzos para controlar, interrumpir o detener el juego.
  4. Inquietud o irritabilidad cuando intenta interrumpir o detener el juego.
  5. El juego se utiliza como estrategia para escapar de los problemas o para aliviar sentimientos de desesperanza, culpa, ansiedad o depresión.
  6. Después de perder, el jugador vuelve otro día para intentar recuperar el dinero perdido, tratando de “cazar” las propias pérdidas.
  7. Engaña a los miembros de la familia, médico u otras personas para ocultar su grado de implicación en el juego.
  8. Comete actos ilegales como falsificación, fraude, robo o abuso de confianza para financiar el juego.
  9. Debido al juego, arriesga o pierde relaciones interpersonales significativas, su trabajo u oportunidades educativas o profesionales.
  10. Confía en que los demás le proporcionen dinero para aliviar la desesperada situación financiera causada por el juego.
 

Para obtener mayor información:

Jugadores anónimos

Línea Vida 24hs: 011-1544126745

Juego Responsable

De lunes a viernes de 7 a 13hs. 0800-555-6743

Centro de Salud u Hospital más próximo a su domicilio.

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